viernes, 26 de julio de 2013

Pequeños cambios para The Newsroom


Algunas consideraciones sobre el primer capítulo de la segunda temporada de The Newsroom:

Con spoilers pero sin muchas consideraciones en torno a la trama. De hecho, para cuestiones de trama me quedo con algunos textos ajenos; por ejemplo, con el de La serialista. Y especialmente con su análisis de la resolución del triángulo Jim-Maggie-Don: "La ruptura definitiva de la pareja debería haber sido uno de los momentos fuertes del capítulo, pero resultó extrañamente anticlimático". En el fondo, basta con pensar en El ala oeste de la Casa Blanca para ver como a Sorkin no le gusta trabajar sobre la pareja. Ni siquiera sobre la ruptura. Si fuese por él, los personajes vivirían en un eterno flirteo: como Josh y Donna, como CJ y Danny, como Will y McKenzie, cuya relación pasada permanece en fuera de campo.  Una no sabe si Sorkin es un romántico o un sádico. Eso sí, el romance, tal y como él lo plantea, está más cerca del cine clásico (la seducción, el suspenso y el beso final) que del cine moderno (la cotidianidad y el día a día de pareja).

1) Los créditos han cambiado. Si en la primera temporada mostraban las imágenes de iconos de los telediarios americanos, en esta segunda se apuesta por elementos contemporáneos. Las nuevas tecnologías mezclan en la pantalla con objetos propios del trabajo de oficina actual (el vaso de plástico con café que cae sobre la mesa). A priori, puede ser una declaración de intenciones a favor de lo contemporáneo por encima de lo nostálgico. Eso sí, esto no impide que el tono del episodio parece adentrarse de nuevo en el idealismo, por mucho que por primera vez se apunte hacia un error mayúsculo por parte del equipo de Will McAvoy.

2) La estructura del relato es la misma que la de La red social (de Fincher, con guión de Sorkin). Will habla ante un grupo de abogados, mientras poco a poco se va reconstruyendo la historia que él está contando. De la misma que Zuckerberg lidia con dos acusaciones mientras se reconstruyen los orígenes de Facebook y de la trifulca legal. En ambos casos, la palabra ocupa un lugar privilegiado en el relato. Del monólogo ante un grupo de alumnos que abría la primera temporada de The Newsroom, pasamos al discurso ante la abogada en esta segunda temporada. De la misma manera que (volviendo a Fincher), el relato de Millenium: Los hombres que no amaban a las mujeres es un ajuste entre presente y pasado, entre aquello que se cuenta y aquello que pasa. 
Sorkin ya empleó el truco de La red social en uno de los episodios de la temporada pasada de The Newsroom --en el que la cúpula de la ACN discuten con Charlie, el jefe de informativos--. Ese fue un capítulo. Queda por ver si en esta segunda temporada el vaivén entre narración y acción será una constante.