viernes, 24 de febrero de 2012

Primavera


“Lo que ejerce presión sobre ti, lo que siempre ha ejercido presión sobre ti: el exterior, es decir, la atmósfera; o bien, más concretamente, tu cuerpo en medio del aire que te rodea. Las plantas de los pies ancladas en el suelo, pero el resto de ti expuesto al aire, y ahí es donde comienza la historia, en tu cuerpo, en donde todo terminará también”.
Paul Auster, Diario de invierno

Desde hace unos años no puedo evitar pensar en el cuerpo; a veces, en la poca atención que le presté durante la primera parte de mi vida. Hoy, tengo una cicatriz en el cuello, un pulmón que me recuerda una enfermedad sufrida y superada y un dedo que se rompió y se soldó mal. Pienso también en la sensación de este sol de finales de febrero, que relaja mis músculos y me proporciona una extraña paz. Cuanto más consciente soy de mi cuerpo, más presente me siento.

viernes, 10 de febrero de 2012

Una declaración de amor


Es la clave del asunto. El abogado insiste en poner sobre la mesa la violación que sufrió la esposa del acusado. El fiscal proclama que eso no tiene que ver con el juicio. Resulta una decisión crucial. Por eso, Otto Preminger filma el instante en que el juez debe decidir si permite la inclusión de esa acción en el juicio poniendo énfasis en un reloj. La cámara se sitúa detrás del magistrado, de fondo permanecen el fiscal, el abogado y la sala, vemos el reloj en manos del juez; éste le da cuerda, se produce una pausa. Un instante de suspense apoyado en el uso de la profundidad de campo. Anatomía de un asesinato (otra película que sabe cómo filmar la palabra) trabaja constantemente con esta idea: elabora los puntos de vista y lleva al extremo el concepto de la puesta en escena. Su discurso se gesta en la manera en que el cineasta dispone a los personajes en la escena.

En cierta manera, estamos ante la misma idea que plantea Cronenberg en Un método peligroso: no basta con aquello que dicen los personajes, sino que las relaciones entre ellos deben manifestarse a través de cada cuadro. No basta con oír, hay que ver. Ahora bien, así como Preminger insiste en alargar las líneas que separen a sus personajes dando más profundidad al cuadro; Cronenberg traza líneas cortas, los separa del fondo.

Anatomía de un asesinato retrata el amor por el trabajo (al final, el protagonista se deshace en elogios por su contrincante, otro apasionado como él), el amor de un abogado por el derecho. Sin duda no puedo imaginar nada más doloroso que la idea de que ese enamorado pudiese ser apartado de su carrera.

miércoles, 1 de febrero de 2012

De pie o sentado


En La ventana indiscreta, Alfred Hitchcock convierte a su protagonista en espectador, sentado todo el tiempo en su silla, observando lo que pasa en el patio interior de enfrente.

El reverso:

En El hombre y el monstruo, Rouben Mamoulian presenta al protagonista en un plano subjetivo: tocando el piano, poniéndose la chaqueta frente al espejo, subiendo al carruaje que lo llevará a dar una conferencia. Convierte así al espectador en protagonista. Un plano arriesgado y poco caprichoso: el protagonista es Dr. Jekyll, cuyas investigaciones pretenden profundizar en el alma humana, y ¿qué mejor herramienta que el plano subjetivo para adentrarse en los confines del alma?